En el transcurso del último semestre de 2023, España ha escalado hasta posicionarse como el país europeo que más ciberataques recibe, ocupando el tercer puesto a nivel mundial, solo por detrás de Japón y Estados Unidos. Este preocupante dato refleja una tendencia al alza en las actividades de ciberdelincuencia que afectan tanto a empresas como a usuarios particulares en nuestro país.
Según el Informe de Amenazas H2 2023 elaborado por ESET, empresa líder en seguridad informática, España concentra el 6% de las detecciones de ciberamenazas a nivel global. Este estudio, basado en el análisis exhaustivo de su sistema de telemetría, pone de manifiesto que nuestro país es uno de los principales objetivos para los atacantes en el ámbito internacional.
Entre las múltiples tácticas empleadas por los ciberdelincuentes, el phishing se ha consolidado como la más frecuente en España. Esta técnica fraudulenta, que consiste en el envío de correos electrónicos o mensajes que simulan ser de entidades legítimas para obtener información confidencial, representa casi una tercera parte de todas las amenazas detectadas. Su persistencia y eficacia han afectado tanto a usuarios individuales como a empresas, generando importantes pérdidas económicas y de reputación.
Además del phishing, el informe destaca un alarmante aumento del 111% en las amenazas relacionadas con la infección de sitios web legítimos mediante inyecciones de código JavaScript malicioso. Este tipo de ataques, dirigidos especialmente a tiendas en línea, utilizan malware como SpyBanker para comprometer la seguridad de las plataformas y robar datos sensibles de los usuarios.
Las campañas que suplantan pasarelas de pago legítimas y portales de reservas vacacionales también han experimentado un notable incremento, evidenciando la sofisticación y diversificación de las tácticas empleadas por los atacantes.
Los infostealers, o ladrones de información, han centrado sus esfuerzos en empresas españolas con el objetivo de sustraer credenciales de correo electrónico y otros servicios esenciales. Agent Tesla encabeza este tipo de amenazas con más del 38% de las detecciones, seguido de cerca por clásicos como Formbook y el troyano bancario Grandoreiro.
En el ámbito del ransomware, España se sitúa en el octavo puesto del ranking global de detecciones. Las amenazas más comunes corresponden a versiones de antiguas variantes, como Stop Ransomware, activo desde 2017, y BlackMatter, con variantes actuales de LockBit 3.0. Este tipo de ataques afecta principalmente a pequeñas y medianas empresas, causando interrupciones operativas y pérdidas financieras significativas.
El informe subraya que el correo electrónico continúa siendo el principal canal utilizado para propagar amenazas en España. Los scripts y archivos ejecutables representan casi el 75% de todas las detecciones asociadas a correos maliciosos. Según Josep Albors, director de Investigación y Concienciación de ESET, "los delincuentes emplean estos métodos de forma masiva, confiando en que muchos usuarios no dispongan de las soluciones adecuadas o que estas estén incorrectamente configuradas o directamente deshabilitadas".
El auge de la inteligencia artificial (IA) ha abierto nuevas oportunidades para los ciberdelincuentes. El informe advierte sobre su uso para generar contenidos falsos, como fotomontajes o deepfakes, que resultan cada vez más difíciles de detectar. Además, se ha observado un incremento en las amenazas relacionadas con criptomonedas, donde se emplea IA para suplantar la identidad de personajes famosos y promover actividades fraudulentas de criptominería.
Los dispositivos móviles no escapan a esta ola de ciberataques. El malware conocido como Pandora Box afecta a dispositivos Android, especialmente aquellos que ofrecen servicios de streaming a bajo precio. Este software malicioso se camufla como una aplicación legítima, pero en realidad realiza actividades como el robo de datos, criptominería o la inclusión del dispositivo en una botnet para ejecutar ataques DDoS.
Ante este panorama, es crucial que tanto empresas como usuarios particulares adopten medidas efectivas de ciberseguridad. La formación continua sobre las técnicas empleadas por los ciberdelincuentes y la implementación de soluciones de seguridad robustas son fundamentales para mitigar los riesgos.
En un contexto donde las amenazas digitales son cada vez más sofisticadas y frecuentes, los seguros de ciberriesgo emergen como una herramienta vital para proteger a las empresas frente a las consecuencias de un ciberataque. Estos seguros no solo cubren las pérdidas financieras derivadas de incidentes de seguridad, sino que también ofrecen servicios de respuesta y recuperación, ayudando a las organizaciones a restablecer sus operaciones con la mayor celeridad posible.
La creciente incidencia de ciberataques en España es un llamado de atención para reforzar las estrategias de seguridad digital. La combinación de formación, soluciones tecnológicas adecuadas y la contratación de seguros de ciberriesgo se perfila como la mejor defensa frente a una amenaza que no deja de evolucionar. En un mundo cada vez más interconectado, la ciberseguridad no es una opción, sino una necesidad imperante.